Las
tres joyas móviles de la Logia son la Escuadra, el Nivel y la Plomada. Éstas
penden junto a los collares del Venerable Maestro, el Primer Vigilante y el
Segundo Vigilante correspondientemente.
Como
la Escuadra y el Compás, el Nivel y la Plomada están generalmente aparejados
en nuestro Ritual, por su interrelación simbólica, sus enseñanzas morales y
su utilidad en la Construcción del Templo. Herramientas tan antiguas como
nobles, la una utilizada en obra arquitectónica para asegurar las horizontales
y la otra para verificar verticales. Se asocia simbólicamente al Nivel con la
Igualdad y la Plomada con la Integridad y la Verticalidad.
La
Plomada, perpendículo - o mejor, Regla Plomada - como Joya del Segundo
Vigilante, simboliza un rasgo fundamental de su gobernación de los HH.
Aprendices y de la necesaria verticalidad de nuestra orden. Es la que
expertamente utiliza para medir o “aplomar” la calidad del candidato antes
de iniciarse. Acción que proviene del Arte de la Construcción donde la precisión
se traduce en integridad estructural y es menester buscar con la indispensable
Plomada, a modo que las columnas y muros esten verticales desde las bases
horizontales, pues en caso contrario, éstos serán débiles frente a la fuerza
gravitatoria inexorable, incluso peligrando los elementos contiguos. Es entonces
directa la analogía moralista de su utilidad en nuestra Orden Especulativa,
donde cada uno de nosotros Constructores debemos cuidar nuestra Plomada, en aras
de la Fraternidad y su posicionamiento en la comunidad.
Con
esta herramienta el Masón procurará equilibrar los platillos de la justicia,
observar la justa mediana entre avaricia y derroche, entre envidia y desdén,
entre opiniones desencontradas, entre disipación y quietud, entre conductas
intensas e indolentes.
Como
actores humanos en nuestra sociedad y en la vida familiar, nos encontraremos
muchas veces con la tentación, con lo fácil, con lo egoísticamente
conveniente, la desviación, el desvarío. Antes de tomar una acción cuyos
efectos finales no siempre sepamos, izemos esta herramienta frente nuestro,
detengámosla brevemente y contemplémosla: en su reposo activo la Plomada nos
mostrará la Vertical, el camino de la rectitud y de la elevación sin importar
donde estemos en el espacio-tiempo. Infalible, es un símbolo de humilde
dignidad, de rectitud de conducta, invariabilidad, integridad de vida, probidad,
honestidad, equidad, coherencia de conducta, justicia, cualidades todas que
hacen y destacan a un hombre de buenas costumbres.
La
Plomada tiene una relación estrecha con el deber. Su función consiste en
igualar las piedras de una construcción, de hacerlas encajar en una hilada, de
evitar desviaciones. Seduce por su humilde dignidad, su rectitud sobria, nada
aplastante, simplemente indispensable.
Es
así la Plomada nuestra herramienta personal, nuestra consciencia, que nos
permitirá distinguir el bien del mal sin la necesidad de depender de los
patrones de otros.
Observándola
iniciáticamente, es la Plomada el que determina la dirección entre nadir y
cenit, es el eje del mundo que nos rodea. Es el símbolo que representa el
Conocimiento activo del Arte Real del Masón en cada etapa de existencia:
comienza desde su base conocida, luego profundiza en sí mismo, en su centro, en
sus fundamentos, para luego elevar su Templo en dirección vertical sin límites,
independiente del espacio-tiempo, hacia el Punto Fijo, hacia lo Eterno, hacia la
Verdad, hacia lo Absoluto, hacia la Perfección.
Recíprocamente,
partiendo desde el Punto Fijo, recorriendo por el cordón de plata, la Plomada
representa el orden de la transmisión de Su Luz, Su influencia espiritual, Su
inteligencia, hacia toda manifestación. Es análogamente la relación natural y
jerárquica entre Maestro y Aprendiz, entre las Luces y los Hermanos del Valle.
Es
la Plomada la que nos indica el camino más corto de elevación entre relativos
planos de existencia, entre estados del Ser, revela la conexión entre el Arriba
del Abajo, entre lo Divino y lo Terrenal. Como corolario geométrico, cualquier
otro camino recorrido distinto de la Vertical será posible pero mucho más
trabajoso.
El
Aprendiz en sus primeros pasos silenciosos debe aprender tomar con cuidado ese
hilo y peso, inicialmente Pasivo, suspenderlo desarrollando el aspecto Activo,
sentir la tensión necesaria para tender a lo Alto, y mediante el reposo y
estabilidad de lo denso encontrar la Vertical. Al principio, la dirección
resultante podrá variar de la Vertical, debido a ciertas perturbaciones
desfavorables impuestas por el mundo externo. Pero al tiempo, el peso de sus
virtudes, sus buenas obras, sus conocimientos, acumularán para hacer que su
Plomada se imunice de las resonancias de los agentes desordenados y sea aún más
invariante en su única dirección vertical, edificante y verdadera.
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