INTRODUCCION
Desde
la antigüedad se conoce el vínculo masónico y esotérico para el concepto de
Juramento. Por ejemplo, en el Diccionario Masónico y Esotérico de Ayala Ponce
(sin año), leemos: Juramento Sodálico “Es
el más sagrado de todos los Juramentos. La violación de este Juramento sodálico
iba seguida de pena de muerte. El Juramento y el Sod (ciencia secreta) eran anteriores a la Kabbalah o
Tradición, y los antiguos Midrashim trataban
extensamente de los Misterios o Sod antes
de que ellos se incluyeran en el Zohar. Actualmente
se hace referencia a ellas con el nombre de Misterios secretos del Thorah (o Ley) cuya violación se castiga con la muerte”.
En
la Orden Masónica, el Juramento –en el sentido ético filosófico-, da a
entender la promesa solemne que se hace en Logia al fiel cumplimiento de las
Obligaciones morales, materiales y espirituales, que el Hombre se debe a sí
mismo, las que debe a sus Semejantes y las que debe al Ser Supremo (Terrones Benítez
y León García 2002 pp. 137-144). Es el Juramento un indiscutible
emblema de la Verdad, de la Fidelidad y de la Razón; cuyo acto inicia en el
preciso instante de levantar el brazo derecho, con la palma de la mano abierta,
y figurando una escuadra con el antebrazo. Es un acto de Honor, voluntario,
durante el cual queda sellado el compromiso moral y espiritual propio de
todo hombre honrado, ético escrupuloso y razonable.
En
el Diccionario Enciclopédico de la Masonería de Frau Abrines (1947 y 2005) se
lee: Juramento “Una de las más solemnes
ceremonias de la iniciación de profanos, porque impone lazos y obligaciones
para toda la vida. La fórmula del juramento comprende los deberes para con la
Orden en general y todos sus miembros, para con la potencia Masónica y todas
sus autoridades, y para con la Logia y todos sus dignatarios, oficiales y
miembros. El Juramento tiene también lugar con los mismos requisitos en las
afiliaciones y regularizaciones y en los aumentos de salario”. El
Juramento impone obligaciones y deberes de carácter ineludible que nunca han de
olvidarse y de cuyo puntual y estricto cumplimiento deben pedir estrecha y
severa cuenta las Logias a sus obreros y los Grandes Oriente a las Logias.
La
Obligación, término muy vinculado con el Juramento, refiere la idea del “lazo
jurídico” pues aquel que “se
obliga” queda “ligado”, de hecho y de derecho. En la masonería, la Obligación
designa el Juramento del candidato o, en términos estrictamente jurídico,
define su promesa bajo juramento. Evidentemente, hoy en día la Obligación del
masón está rodeada de sanciones simbólicas y se encuentra fuera del Derecho
Positivo, pero posee un sentido espiritual, moral y ético, que le otorga mucho
más importancia en el marco de los deberes individuales y colectivos (Ferro,
2007).
La
Liturgia y Rituales del 1er Grado de la Gran Logia Unida Mexicana de LL:. AA:.
MM:. Gr:. Or:. de Veracruz, establece el Juramento de guardar el secreto que está
moralmente obligado a guardar (López Arias Valenzuela et
al. 2003 pp. 34-35), precisando la Primera Obligación como el secreto
inviolable del Silencio absoluto, acerca de lo oído, entendido o descubierto.
La Segunda Obligación de combatir las pasiones que deshonran al hombre y
practicar la Caridad Evangélica. La Tercera Obligación de cumplir con la
Constitución de la muy Resp:.Gran Logia Unida Mexicana de LL:.AA:.MM:., para la
Jurisdicción Masónica del Estado de Veracruz, y las Leyes particulares que
gobiernan a la Masonería Simbólica Universal. Acto seguido el recipiendario
Juramenta frente al Trono del V:.M:. y sobre el Cáliz Sagrado: “Prometo
bajo mi palabra de Honor cumplir las obligaciones de un buen Masón y declaro
que no es la curiosidad malsana la que me conduce aquí sino el amor al progreso
y si mintiese consiento en que así como la dulzura de esta bebida se convierta
en amargura, el agua que bebiere se convierta en veneno, y la compasión de los
hombres caigan sobre mi cabeza”.
Pero
el Juramento más
Solemne es cuando el recipiendario dice: “Yo,
de mi libre y espontánea voluntad en presencia del G:.A:.D:.U:., de todos los
hombres honrados que me escuchan y de esta Resp:. Asociación, Juro bajo mi
palabra de Honor y mi Fe de honrado ciudadano no revelar jamás ninguno de los
secretos, ninguno de los actos, ninguno de los misterios que me han sido hoy o
me fuesen después comunicados, más que a un legitimo Masón; Juro no escribir,
grabar, burilar, trazar, imprimir, ni formar ningún carácter ni signo por el
cual se pueda conocer la Palabra Sagrada y los medios de comunicarnos entre los
masones. Antes prefiero tener la garganta cortada y la lengua arrancada de raíz.
Prometo y Juro auxiliar a mis hermanos hasta donde alcancen mis fuerzas e
influencias y ser fiel y casto con sus esposas, su madre, hermanas e hijas. Si
así lo hiciere el G:.A:.D:.U:., la Masonería Universal y este Taller en
particular me premien, si no me lo demanden”. Este Juramento es con la mano
derecha en el Ara sobre el Libro Sagrado, la Escuadra y el Compás, y previo a
recibir la sentencia del V:.M:. que con su espada flamígera le otorga el
Grado de Aprendiz Masón, el 1er Grado de la Masonería Universal. Gran
parte de esta Liturgia se nutre de la filosofía de los manuscritos llamados
Antiguos Cargos o Antiguos Deberes (Old
Charges).
Históricamente,
los llamados Antiguos Cargos o Antiguos Deberes (2007) denominados Old
Charges, están compuestos de 120 documentos manuscritos referidos a normas
y reglamentos que gobernaban el arte y la ciencia de la construcción antes del
surgimiento del sindicalismo contemporáneo. Dichos documentos tienen una antigüedad
de entre 300 y 600 años. Literalmente son los Antiguos Deberes de la Masonería Operativa. Se encuentran en la forma de antiguos manuscritos previos al
año 1717, fecha de constitución de la Masonería Especulativa. Generalmente su contenido se presenta en 3 partes: 1) Una
plegaria introductoria o invocación; 2) Una historia de la Orden Masónica o la
leyenda del oficio que comienza en tiempos del Patriarca Lamech y sus hijos, que
establece las artes y las ciencias originales hasta la época del Rey Inglés
Athelstan alrededor del año 926 dC; y 3) Los Estatutos y Deberes particulares,
las regulaciones y las observancias que todos los Masones y miembros del oficio
de la construcción deben cumplir y respetar.
El
más
antiguo de los Old Charges es el denominado “Poema
Regius” que consta de 794 líneas y se asume escrito alrededor del año
1390. Este manuscrito se encuentra depositado en el Museo Británico. También
allí se encuentra el manuscrito “Matthew
Cooke” conferido al año 1425. Luego le sigue el manuscrito denominado “Gran
Logia” fechado en 1583 y depositado en la Gran Logia Unida de Inglaterra.
La parte histórica es extensa y bien documentada, y desde la primera mitad del
Siglo XVII se conoce el manuscrito “Beswicke-Royds”,
en 4 hojas de pergamino cosidos a manera de formar un rollo de 6 pies con 10
pulgadas de largo. En él se consignan los deberes, comportamiento, honestidad, normas de educación, de trabajo, de conducta, y secretos de
Logia, redactados en otras fuentes de manuscritos de la mitad del Siglo XIV. El manuscrito pertenece a la
Biblioteca y Museo de la Gran Logia Provincial de Lancashire, División Este.
Desde luego que para comprender toda esta lógica de los manuscritos Old
Charges referidos debemos situarla en la mitad del Siglo XIV e imaginar el
escenario social, cultural, religioso y político de aquellos años.
DESARROLLO DEL
TEMA
Teniendo la institución Masónica, la alta misión de ilustrar moralmente todas las clases del
orden social, nada pudo hacer con más acierto que tomar por patrón y modelo de
sus nobles funciones el cuadro físico del curso y los fenómenos solares. Por
eso el interior de las Logias nos ofrece las imágenes del sol, de la luna y de
la bóveda celeste sembrada de estrellas (Wirth
1920, 1927, Lavagnini 1980, Martínez Otero 2005). La Logia simboliza
al Universo, con su piso terrenal y su techo celestial. El V:.M:.
representando el Sol en su nacer, ilumina simbólicamente con su Sabiduría
todo el Taller y dirige la Logia
desde su sitial en el Oriente, fuente de la
Luz solar qué comienza su esplendor desde el Oriente. El Pri:. Vig:.
simboliza al Sol en su ocaso al Occidente y el Seg:. Vig:. simboliza al Sol al
Mediodía.
Por lo tanto, me
es muy claro, el Sol es un símbolo masónico de suma importancia y el vínculo
más poderoso entre la Masonería y la Madre Naturaleza, conduciendo el ciclo
del Alba al Ocaso, entregando su reemplazo a la Luna para que gobierne durante
la noche,
Paradójicamente,
la Masonería no
incluye el respeto y la protección
de la Naturaleza
en ninguno de sus Juramentos
Una
primera aproximación del vínculo entre la Masonería y la Madre Naturaleza la
encontramos en el Triangular, su Simbolismo y su Interpretación (Terrones Benítez
y León García 2002). En el lado izquierdo del Triángulo leemos la palabra
Isis como el símbolo de la Tierra, en el lado derecho leemos la palabra Osiris
como representativa del Sol, y en la base la de Horus como alegoría de nuestra
Madre Naturaleza; es decir, el producto de la Unión de la Tierra y el Sol, para
ejercer su Obra de Producción y Reproducción de todo lo que existe sobre
nuestro Planeta. Esta figura es representativa de la propia Naturaleza del
Universo, simbolizando a las tres fuerzas primordiales -agua, aire y fuego-, que
los antiguos reconocían para proporcionar la Vida y el Vigor sobre el sustrato
de la Tierra. También el
Triangular es emblemático de la Germinación, de la Generación y de la
Regeneración de la Vitalidad del Universo. Consiguientemente,
si el Triangular Masónico simboliza también a las Leyes Inexorables que rigen
a la Naturaleza, debe interpretarse también que es nuestro deber como Masones
conocer todos esos fenómenos que parecieran “incomprensibles”, que
encierran algún “secreto”, o bien que representan algún “misterio”,
Paradójicamente,
la Masonería no
incluye el respeto y la protección
de la Naturaleza
en ninguno de sus Juramentos
Si
nos proponemos a investigar y a estudiar a los Agentes, a las Causas y a los
Efectos que producen a esos Fenómenos, es indudable que llegaremos a comprender
que son una serie de Evoluciones Cíclicas, tendientes a mantener al Planeta en
constante actividad, puesto que esas funciones tienen como finalidad
proporcionar nuevo Vigor y nuevas Vidas a todo lo creado por la Madre Naturaleza,
en ciclos infinitos que la hacen Inmortal. Por lo tanto,
si la Masonería trabaja en conservar la Inmortalidad de la Naturaleza,
asegura la Inmortalidad de la Humanidad. Como Masones tenemos una obligación
histórica de enterarnos de los factores que tienen a la madre Naturaleza
“afligida y en condición crítica”
y como consecuencia, aprisionando nuestra filosofía e ideales, y condicionando
severamente el futuro de nuestros hijos y nietos. Los Masones, a diferencia de
otras filosofías, festejamos el "culto
de la naturaleza", celebradas en cuatro ocasiones: los dos equinoccios
y en las dos etapas del solsticio de verano e invierno, de acuerdo al Hemisferio,
Norte o Sur de que se trate (Yáñez-Arancibia 2007).
Con el tiempo he aprendido que al
conmemorar los Solsticios, nuestra Orden reverdece el encanto y misterio de la
estrecha relación que existe entre el ser Humano y la Naturaleza. El Sol rige
el desempeño del hombre y su entorno y en las fiestas solsticiales celebramos
el inicio de una nueva etapa de muerte y resurrección en nuestra vida,
Paradójicamente,
la Masonería no
incluye el respeto y la protección
de la Naturaleza
en ninguno de sus Juramentos
Siendo
la Naturaleza el marco de acción
del Masón, y los fenómenos Naturales fuentes de estudio, simbolismo e
inspiración, no podía estar la Orden
ajena al fenómeno natural del recorrido elíptico del Astro Rey destacando la
coincidencia que sus puntos más distantes del Ecuador, coinciden con cambios
Naturales de las dos opuestas Estaciones, el Invierno y el Verano, símbolos
también de la contradicción, la dualidad, representados estos opuestos
conceptos de pares eternos, en el piso cuadriculado del Taller (Siete Maestros
Masones 1992 pp. 245-248, Yáñez-Arancibia 2008a). El Sol rige el comportamiento del hombre y su entorno y por eso que en la
fiesta Solsticial celebramos el inicio de una nueva etapa de nuestra vida. Con
el Solsticio de Invierno la Naturaleza se prepara para renacer, y con el de
Verano germina la semilla que el hombre sembró en aquella tierra fértil que
durante el Invierno se dedicó a trabajar. Con
el Solsticio, en comunión con la Naturaleza, en el Masón debe aparecer poco a
poco aquella piedra libre de aristas que durante todo el año se dedicó a
desbastar,
Paradójicamente,
la Masonería no
incluye el respeto y la protección
de la Naturaleza
en ninguno de sus Juramentos
CONCLUSION
El
tiempo ha transcurrido y no regresa. Los siglos anteriores que forjaron la
Masonería Operativa y Especulativa, se han esfumado. El origen de las
Obligaciones y Juramento inspirado en los Old
Charges aún cuando permea hasta nuestros días, quedó inmerso en el Siglo
XIV. Nuestro escenario en el Universo es otro. El mundo social y económico
continúa evolucionando. Hoy mismo se crean nuevos países. El Universo está
inquieto. Las Naciones continúan en busca de su propia definición. La
Naturaleza se siente incómoda. Los recursos naturales se agotan. La pobreza
aumenta. La Ciencia y la Tecnología avanzan. Y a mi modo de ver, como científico
y Masón, me gustaría ver a mi Madre Logia preocupada de insertarse cuanto
antes en el Siglo XXI, en el contexto del escenario ambiental que se avecina (Yáñez-Arancibia
2008b). Escenario que se abre paso para aprisionar la filosofía de la Masonería,
el futuro de nuestros hijos, nuestros nietos y los nietos de nuestros nietos.
Para posesionarse del futuro del Hombre y la Sociedad del Siglo XXI. Para
condicionar con evidente incertidumbre la quimera del Desarrollo Sustentable del
Planeta.
La
pobreza crece, los recursos alimentarios se destruyen, la contaminación cubre
todas las fronteras, el factor limitante es el colapso del “capital
natural”, y la sociedad ha olvidado por completo que, el origen del
Hombre, de las civilizaciones, de la cultura, de la evolución de la Humanidad,
y de la propia Masonería, ha sido el “capital
natural”, la productividad de los ecosistemas, y la limpieza de los fenómenos
que condicionan la persistencia de la vida sobre el Planeta. Cada vez nos
alejamos más del Paraíso Original y parece no preocuparnos el legado a la
generación que nos sigue.
El
Planeta, fuente de todos los recursos que necesita la Humanidad, es finito y
tiene una capacidad de regeneración y asimilación limitada. Dramáticamente,
parece poco probable que el planeta pueda soportar la voracidad ecológica, económica
y social, que está sobrepasando
cualquier límite previsto. El mundo ya no está “vacío”
como lo era hace 7 mil años. Será
inevitable que durante el Siglo XXI, se duplique el número de personas que
intervendrá en la economía humana consumiendo recursos y sobrecargando el
Planeta con basura y contaminación. En el transcurso de los Siglos XIV al
XVIII, nada de esto era preocupante. Las normas de conducta no percibían a
nuestro Planeta como un “ser
completamente vivo”, muy sensible a las presiones que le induce la
Humanidad.
Uno
de los postulados de la Masonería es la de colaborar en la búsqueda de
soluciones que conduzcan a la felicidad humana, y encontrar igualdad de
oportunidades que mejoren la condición humana en espíritu y costumbres.
A ello debe tender el pulimento de la Piedra en Bruto. Sólo una formación
Masónica adecuada destinada a establecer nuestra presencia activa en los marcos
de decisión, permitirá y hará factible lograr un mundo más justo y feliz. La
Masonería no puede soslayar su papel trascendente frente a estos problemas, que
no son del futuro, ya están aquí y han llegado para quedarse.
En el Siglo XXI seremos casi 10 mil millones de habitantes en el Planeta. Las
luces rojas ya están encendidas.
Por
otra parte, todos los Masones sabemos que las Funciones Fisiológicas del Hombre
para preservar su especie biológica le obligan a estar en contacto con la
Naturaleza, dentro de cuyas leyes se encuentran catalogadas todas sus funciones
físicas y biológicas del individuo, sus requerimientos de bienestar personal y
familiar, y las necesidades sociales. Por esas sólidas razones, si el
Hombre se aparta o no cumple con esos sublimes principios, sufre -sin distinción-
las consecuencias de su falta de entendimiento para desempeñar el papel
que está llamado a representar dentro del Seno de todo lo Creado por la
Naturaleza, en donde cada Cosa o cada Causa, cada Origen, cada Proceso y cada
Resultado, se considera una “Inducción
de la propia Naturaleza”. Los
Masones conocemos del Mandato de la Madre Naturaleza, misma que se impone, por
medio de las Costumbres Humanas,
para establecer las relaciones familiares, el roce social, el devenir económico,
y los lazos de Unión que ligan a todos los Pueblos.
Como H:.M:., y en
mi caso particular como Científico, lejanos estamos de adorar el Sol, no como
fuerza sobre natural, no como deidad y no como residuo de pasadas religiones.
Para nuestra Orden, y en lo personal estoy convencido de ello, el “astro
rey” no es más que otro de nuestros numerosos símbolos didácticos. Tal
vez el más poderoso. Nace en el Oriente, de la eterna sabiduría y difunde su
luz y calor, indispensables para la continuación de la vida. En su continuo y
permanente movimiento influye en el ritmo del día y la noche; modula el curso
de las estaciones; induce el crecimiento de las plantas y la evolución del
mundo animal; condiciona el auge y florecimiento de las sociedades humanas;
estimula el desarrollo cultural técnico y científico, la vestimenta, la
comida, el humor, la tristeza, el amor, y las costumbres sociales y urbanas. En
fin, la fuerza del astro solar está en todo lo que denominamos cultura.
Por lo tanto, aprender a conocer los “secretos”
o los “misterios” que atesora
nuestra Madre Naturaleza, señala que estamos obligados a conocernos a Nosotros
Mismos, que debemos identificar y conocer a nuestros Semejantes y, en esa ruta,
nos acercamos más hacia el concepto y comprensión del Gran Arquitecto del
Universo, y a la Naturaleza como su Obra Divina,
a través del camino que nos marcan sus Fenómenos, Causas y Efectos.
Parece inevitable para los Masones del Siglo XXI, eludir esta responsabilidad
por el bien de la Humanidad.
Como Masones, en el
Astro Solar vemos un ejemplo de nuestros deseos de ser fuentes de luz y calor
humanitario, de entregarnos a todos por igual en un permanente afán de
integridad, de conocer profundamente que desde tiempos inmemoriales el vínculo
entre la Masonería y la Naturaleza conlleva a una dualidad casi perfecta para
fortalecer la filosofía, la moral, la ética, aplicando la virtud en busca de
la verdad. La verdad de Quiénes somos?, De dónde venimos?, Hacia dónde vamos?.
Sobradas razones veo, para sugerir con todo el enorme respeto que me inspira la
Augusta Orden a que pertenezco, que en este Siglo XXI los AP:.M:. sean invitados
por el Cuadro Logial de la Muy R:.L:.S:. Pleno Día No. 3, a Jurar por el
respeto y protección de quién –con mayor propiedad que nadie-, ha inspirado
los más nobles y justos pensamientos Masónicos de esta Orden Universal. ¿Cómo?:
Juramento
[Yo,.…,aspirante
a Aprendiz Masón, juro por mi Honor respetar y proteger las Leyes del Universo
que mantienen el equilibrio e integridad ecológica de la Naturaleza, protegiéndola
para que mis hijos y los hijos de
mis hijos, reciban a su vez un Planeta limpio, puro y sin manchas, asegurando la
continuidad del ciclo infinito de nuestro Taller y la Humanidad]
Los
Masones tenemos convicción que esta visión traería un orden social superior y
un mundo construido sobre cimientos de paz. Apostar a la prudencia, empezar a
prevenir desde ahora mismo, es mucho menos arriesgado que seguir como si no
pasara nada. El desarrollo sostenible es aún posible, pero a condición de que
se produzcan cambios radicales en los mecanismos de decisión y en la mentalidad
de los que deciden. El
principal disturbio sobre los ciclos Naturales lo ha causado el impacto humano
del desarrollo social y económico, incluido en ello a la Masonería. El nuevo
milenio nos da la oportunidad de señalar nuevamente el camino, tal cual lo
hicimos desde el origen mismo de la Humanidad. Esto es congruente con
tener Fe en los ideales Masónicos, esperanza en realizarlos, y por amor a la
Humanidad.
Termino
con un pensamiento personal que me acompaña desde décadas.
“Nada
gratifica más al final del camino que haber empleado la vida construyendo
verdades”
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